¿Y si te dijera que nunca más tendrás que limpiar el arenero si has conseguido enseñar a tu gato a ir al baño?

Enseñar a tu gato a ir al baño en sí no es particularmente difícil, lleva un poco de tiempo, pero también lo es limpiar la caja de arena todos los días. Suena como un buen pacto entre tu gatito y tú, ¿verdad?.

Sin embargo, si entraras en una habitación llena de dueños de gatos y les preguntaras su opinión sobre el entrenamiento para ir al baño, obtendrías muchas respuestas apasionadas de «sí, es fantástico y nunca volveré a las cajas de arena». Ehm…»¡no, no es ético y nunca enseñaría a mi gato a usar el baño!» «¡Traté de hacerlo, pero mi gato arañó mi taza del váter!»

Pues sí, existe un espectro de respuestas y sentimientos a la pregunta ¿Cómo hago para que mi gato use el arenero?¿Debería enseñar a mi gato a ir al baño? y con razón, ya que hay muchos factores en conflicto que dificultan una respuesta clara.

Una de las principales razones por las que las personas quieren enseñar a sus gatos a ir al baño es para reducir la manipulación de sus desechos.

La idea es reducir las posibilidades de entrar en contacto y contraer una enfermedad zoonótica, una enfermedad que es transmisible entre animales y humanos.

La más comúnmente discutida es la toxoplasmosis, una enfermedad alarmante que puede causar síntomas graves tanto en adultos como en niños por nacer si entran en contacto con ella a través de las heces de los gatos.

Su existencia está bien anunciada, casi todos los dueños de gatos han oído hablar de ella, pero hay algunos detalles sobre la enfermedad que son fundamentales para decidir entre aprender a usar el baño y quedarse con la caja de arena.